¿Comete el error de escuchar a los demás acerca de su verdad?

¿Necesita de los demás para saber de verdad si lo que siente es bueno o malo para usted? Busca en otros, la aprobación con el fin de expresar su naturaleza y así no ser juzgado?

¿Por qué está más interesado en cosas sin importancia, sin ninguna utilidad para usted, en lugar de interesarse en usted? ¿Quieres ser feliz, ser amado, ser libre, estar bien?

Entonces, ¿no sería sabio entender la persona que podría alcanzar estos ideales?
Probablemente, usted está esperando esto, porque cree que son demás que deben aportarselo, ofrecerselo, darselo! Su educación y sus tradiciones le han transmitido estos valores y ahora usted está atrapado en sus creencias, sus miedos, en lugar de ser la fuente de lo que quiere.

¿Por qué no guardar la calma y escuchar su silencio en lugar de distraerse escuchando las palabras o el ruido de los demás?

¿Es usted consciente de su pensamiento detrás de su pensamiento, detrás de su pensamiento?

Casi todo el mundo ha negado sus sentimientos y ha juzgado sus emociones desde la infancia, sin darse cuenta, para proteger su amor propio de la presión ejercida por los padres y las personas que se sienten poderosas frente a los niños pequeños.

Pero como un adulto, ¿estás convencido, persuadido, de que usted no es así, y por lo tanto, usted desea mucho recibir el reconocimiento de los demás, sentirse más importantes que otros y creerse mejor que todo el mundo? ¿No son motivaciones para alimentar su necesidad de ser amado, de ser apreciado, para hacerse notar? Y las necesidades, ¿no son dependencias?

El hábito inconsciente o la creencia lo mantiene prisionero y entre más se niega a aceptarlo, a ver este hecho, más que ese hábito poco saludable se instala profundamente a través de las máscaras que usted le superpone con el fin de parecer bien delante de los demás en lugar de ser verdadero, auténtico . Esto es simplemente el miedo.

Es su pensamiento original que crea su realidad y este pensamiento está enterrado debajo de otros pensamientos. Una serie de máscaras que usted utiliza para evitar vivir sentimientos incómodos, que ellos no son más que oportunidades para evolucionar.

El miedo o la negación de sí mismo es una "enfermedad" curiosa que nos afecta a todos, excepto a los que están atentos porque no se lo creen! Y esto es una consecuencia natural de la vida, cuando usted no respeta sus verdades, que son sus sentimientos y su naturaleza y que usted adopte las de los demás a través de sus palabras que lo culpabilizan y que niegan lo que usted es.

Su reacción es negarse a sí mismo y crear un pensamiento original que se forma por el miedo y la culpa, sin darse cuenta.

Las palabras sólo enredan lo que somos

¿Cree usted que leyendo la definición de un sentimiento en un diccionario, leyendo un artículo, leyendo un libro o leyendo en Wikipedia, que usted entenderá lo que es un sentimiento? ¿Ha tenido el interés de comprender su naturaleza o eso nunca le ha venido mente?

Por ejemplo, busque en Wikipedia cuál es la definición de un sentimiento y usted verá que no discierne el alma, sino sólo el pensamiento y que el sentimiento hace parte del pensamiento.

Esto es suficiente para que se den cuenta de que la gente no entiende la diferencia entre el sentimiento y una emoción, cualquiera que sea su nivel de educación. De hecho, la gente prefiere complicar las cosas cuando no encuentran su propia verdad.

Observándome, veo que está equivocado en todos los aspectos y entonces elijo mi verdad y no las palabras escritas. ¿Qué elige usted?

Escuche sus sentimientos, ya que contienen sus verdades.
Escucha tus pensamientos más altos, ya que contienen su alegría.
Escuche sus experiencias, ya que contienen su sabiduría.

Cada vez que uno u otro difiere de lo que usted ha aprendido de sus maestros, leído en libros, escuchado de sus padres, aceptado de sus líderes, entonces olvide sus palabras. Las palabras son las menos fiables de todas las fuentes de verdad.

Sus experiencias y sentimientos representan lo que conoce de manera intuitiva. Y si usted no está completamente satisfecho, entonces sus pensamientos no son elevados. La alegría no es el aburrimiento, la alegría no es un seguro, la alegría no es lo serio, la alegría no es la seguridad, la alegría no es indiferencia, alegría no es la educación, la alegría no es la gloria, la alegría no es la riqueza, la alegría no es el reconocimiento. La alegría no es una ilusión. La alegría no es parecer bien.

¿Le gustaría conocer la alegría, entonces empiece a entender lo que no es y ella podría venir a usted, llegar a existir en usted sin ningún esfuerzo.

¿Sus predecesores son una fuente confiable para la verdad?

Observemos juntos algo sencillo de ver. Nuestros años de juventud no se han hecho para la enseñanza de la verdad, sino para entender, recoger, comprender, encontrar la verdad. ¿Cómo podemos enseñar a los niños una verdad que todavía no hemos encontrado nosotros mismos?

Obviamente, no podemos hacerlo realmente. Así que les decimos la única verdad que conocemos, la de los demás.

La de nuestra madre, nuestro padre, nuestros maestros, nuestra cultura, nuestros líderes, nuestros especialistas, nuestros grandes pensadores, de nuestra religión, etc.

Todos, absolutamente la de todos, excepto la nuestra. Estamos todavía y siempre tratando de obtenerla.

Y vamos a buscar, experimentar, encontrar, fallar, formar y reformar nuestra verdad, la idea que tenemos de nosotros mismos, hasta que tengamos cincuenta años o casi.

Entonces por fin, tal vez, empezaremos a instalarnos, a establecernos con nuestra verdad. Sin embargo, la mayor verdad a la que vamos a llegar, probablemente, es que no existe una verdad inmutable, que la verdad, como la vida misma, es una cosa cambiante, una cosa en evolución.

Y justo cuando pensamos que el proceso de evolución se había detenido, de hecho, nunca se ha detenido, apenas está comenzando.

Traductora, co-autora, y adaptadora de contenidos editoriales de sitios web, madre y esposa dedicada al hogar el cual hace parte de mi felicidad y me permite construir a cada día la vida que elegi ser como esposa, hacer como madre y tener como hogar. Diana Arellano.