¿Es que las mujeres dicen realmente sus sentimientos?

¿Cuántas veces hemos escuchado a las mujeres afirmar que los hombres no dicen sus sentimientos para tener una mejor comunicación en la relación? Ese es un hecho evidente, pero, ¿será que las mujeres hemos olvidado observarnos y tomar consciencia, que contribuimos a una comunicación desprovista de claridad, de verdad?

En este artículo no busco a comparar a las mujeres con los hombres sino a hacer tomar consciencia a las mujeres y a los hombres, que los sentimientos, es decir, lar verdades anunciadas permiten entenderse mejor y crean relaciones más armoniosas. 

 

 

 

Observemos sin juzgar, a las mujeres tal y como son en las relaciones familiares

He observado con atención, que muchas mujeres se quejan y quieren cambiar a su pareja que no dice sus sentimientos de amor. Ellas desea que su pareja pueda afirmar el famoso "te amo" más a menudo. Y por lo tanto, las acciones amables son pruebas evidentes y las palabras de amor no son necesarias. De hecho, son las personas que hablan de amor que no hacen gestos amables y así justifican creer que las palabras son suficientes.

Observo que muchas mujeres critican y juzgan a su pareja de hacer o no hacer algo por ellas, en lugar de simplemente decir sus sentimientos (me gusta, no me gusta, me siento, tengo ganas, no tengo ganas) y de esta manera crear una ocasión libre a su compañero de pensar y hacer una acción amable sin hacerse ordenar que hacer.

También he observado que muchas mujeres niegan los sentimientos de sus propios hijos con el fin de mostrarles lo que deberían ser, de no aceptarse tal y como son. De esta manera, educan a sus hijos a reprimir sus sentimientos, sus verdades, para convertirse en lo que ellas son, como seres humanos que tienen miedo de declarar sus sentimientos delante de los demás. Y por lo tanto, basta con que las mujeres digan sus propios sentimientos con el fin de que los niños aprendan por medio del ejemplo y también crear ocasiones a sus hijos de actuar libremente para crear bienestar a su madre y a los demás.

He observado atentamente, que muchas mujeres juzgan las decisiones y las acciones de sus propios hijos, en lugar de simplemente decirles lo que a ellas les gusta o no les gustan, es decir sus sentimientos, agregando las consecuencias posibles de sus acciones. De esta manera, los hijos pueden hacer elecciones avisadas en total libertad y sentirse orgullosos de ellos mismos.

También he observado, que muchas mujeres acusan a su pareja de no hacerlas felices. Que ellas quieren más atención, más placer, más diversión, más romanticismo, más bienes. Ellas atacan, juzgan, reprochan a su pareja de no ser amables con ellas. Y por lo tanto, basta con decir sus verdades, sus sentimientos, con el fin de poner en acción a los hombres en total libertad y sin obligarlos por medio del miedo y la culpa.

Observo con atención, que muchas mujeres no hacen la diferencia entre un sentimiento y una emoción. Un sentimiento es un hecho de ser o estado de ser invisible mientras que una emoción es la expresión visible del hecho de ser o de un estado de ser. No existe un sentimiento ni una emoción negativa o positiva, eso es un juicio de valor proveniente de la razón, del ego, que juzga lo que es, que juzga la verdad presente.

 

¿Cuáles son las ventajas de decir sus sentimientos?

La base de una relación sana y de una comunicación clara está en la declaración de sus verdades interiores y no en buscar acusar a los demás, a negar a los demás o culparlos de sus malestares o de la satisfacción de sus necesidades.

Que sea el hombre o la mujer, declarando sus sentimientos, usted crea una ocasión a la otra persona de querer hacerle bien. Esa ocasión debe estar en acuerdo con la naturaleza humana y no contra su naturaleza. El amor se expresa en la libertad, por la elección de ser y no por la obligación, la obediencia, las condiciones, las ordenes y las amenazas.

La otra persona no está en este mundo para aportarle lo que usted quiere pero la relación existe para conocerse. Forzando a la otra persona a hacer algo contra su voluntad, contra su libertad, usted crea problemas.

Si usted quiere hacerse comprender, entonces no tiene más que afirmar cómo se siente con relación a una situación y no lo que usted quiere ni lo que el otro debe estar obligado a hacer para usted.

Inténtelo con sus hijos, o con su esposo y usted verá que muchas personas eligen rápidamente lo que le hace bien a los demás, cuando tienen la libertad de elegir, sin que les ordenen que hacer. No hay elección ni libertad en una orden a cumplir.

Por ejemplo, porque no simplemente afirmar que usted no tiene ganas de hacer comida esta tarde, que usted se siente cansada! Y observar a su esposo tratando de pensar en una solución y expresar luego que desea llevarla a comer afuera! De esta manera, su pareja está en armonia con su ser en pensamiento, palabra y acción. Y usted, usted puede obtener su deseo sin ninguna lucha ni poder sobre la otra persona.

¿Pero cuantas mujeres van a afirmar que ellas quieren ir a comer a un restaurante o bien van a acusar a su pareja de que no las lleva a menudo a un restaurante?


Son los sentimientos los que liberan y no las peticiones que usted ordena!

 

 

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Traductora, co-autora, y adaptadora de contenidos editoriales de sitios web, madre y esposa dedicada al hogar el cual hace parte de mi felicidad y me permite construir a cada día la vida que elegi ser como esposa, hacer como madre y tener como hogar. .