¿Por qué la gente no puede deshacerse nunca de su egoísmo?

¿Está cansado del egoísmo de la gente en su relación con usted? ¿Detesta ver a alguien concentrado en sus deseos y olvidar los suyos? Esa situación no es única y la mayoría de la gente es de esta manera.

Pero si usted no hace nada nuevo y que usted reacciona por hábito aprendido, entonces usted aumentará la indiferencia del otro hacia usted y como consecuencia habrá cada vez más conflictos y división en la relación.

Por fortuna, hay un método natural que aporta mayor consciencia a los demás y de esa manera aumentar su punto de vista para interesarse más en usted.

 

 

Observe las ventajas de ser considerado

Imagine que su hijo comparte los juguetes con los demás niños, ¿no está usted orgullosa de él o ella y de usted también? Cuando su marido o su esposa le piden una opinión con respecto a una decisión a tomar, ¿no se siente usted importante por no haber sido olvidado u olvidada?

En el trabajo, cuando uno de sus colegas se interesa en sus problemas o que su jefe le pide su opinión, ¿no está usted contento o contenta por ser considerado o considerada? Cuando un vecino viene a verlo para conversar sobre un tema que podría implicarlo, ¿no encuentra usted inteligente su acercamiento para conservar las relaciones en armonía?

Y ahora, ¿puede usted observar si usted es consciente del otro en sus relaciones o bien usted observa únicamente a los demás con el fin de saber, si ellos le pueden proporcionar algo?

 

¿Cuál es la reacción aprendida por hábito?

Sin duda, el medio acostumbrado que tenemos frente a una persona que no busca más que sus intereses personales es de acusarlo, criticarlo, juzgarlo y sobre todo, tratarlo de egoísta.

Eso no produce más que conflictos y guerras en nuestras relaciones, Basta con observar cómo se siente usted cuando alguien lo acusa, lo juzga, lo crítica y lo trata de egoísta con el fin de comprender toda la amplitud de esa situación.

Y por favor no me diga que es una crítica constructiva para justificarse y poder lograr sus fines egoístas.

De hecho, esa persona es, según usted, alguien egoísta, ya que debería satisfacer los deseos suyos primero y nunca hacerse bien a sí mismo, olvidarse en una relación con el fin de obligarse a complacer a los demás y vivir bajo la aprobación o el miedo de los demás.

Pero ¿cuál es el problema de querer satisfacer sus propios deseos? ¿Qué hay de malo en tener la iniciativa de hacerse bien a sí mismo?

¿Es su intención la de no crear nada, no aportar nada, no ofrecer nada, no hacer nada para realizar sus deseos? Si es el caso, entonces comprendo su intención de querer que la otra persona haga hago contra su voluntad, contra su libertad!

 

¿Cómo puede usted sentir la dicha de elegir crear algo para usted y vivir ese logro?


¿Es que el egoísmo es más bien una inconsciencia de sí mismo y de los demás?
Mire usted, ese es el error que hacemos todos, ya que fuimos educados por nuestros predecesores a hacer algo por ellos. Durante nuestra infancia, nos condicionaron la mente por medio de la obediencia, el miedo y la culpa y creemos en total inconsciencia, que el amor es dar al otro.

Como consecuencia, tenemos expectativas hacia las demás personas, que nuestro bienestar depende de ellos y de esta manera tenemos la intención inconsciente, de manipularlo para obtener nuestros deseos. Y la primera reacción aprendida es tratar al otro de egoísta para hacerlo sentir culpable y de esta manera lograr nuestros fines.

Eso no es el amor, sino una versión deformada para manipularlo, controlarlo con el fin de obtener nuestros deseos egoístas en total inconsciencia.

Cuando controlamos a alguien, obtenemos lo que queremos, pero cuando liberamos a alguien, él obtiene lo que quiere.

Nunca nos enseñaron que la libertad de elección es lo que permite a los demás a no sentirse obligados, sino a tener una oportunidad para hacer bien, sin olvidar su propio bienestar.

 

¿Cómo hacer tomar consciencia a los demás, de sus deseos no satisfechos?

No es haciéndoles reproches, acusándolos, dándole ordenes, poniéndoles condiciones ni criticándolos, que usted lo va a lograr.

Si usted quiere que el otro pueda conocer sus deseos, sería inteligente informárselos de una manera clara y sin obligación. Y de dejarlo libre de elegir hacerlo o no. Es la naturaleza humana amar sin condición y es la suya igualmente.

En lugar de decir a los demás que hacer, ¿por qué no simplemente expresarse con lo que a usted le gustaría y dejar al otro la libertad de hacerlo?

Por ejemplo: "Me gustaría hacer una salida al cine contigo el próximo sábado, no es una obligación, es solo una ocasión si es posible para ti".

Basta con decirlo una sola vez y no varias, ya que eso puede ser percibido como acoso o una presión sin libertad.

Por otro lado, el medio más valioso con respecto a la realización de nuestros deseos no está en utilizar a los demás, sino bien ofreciendo a los demás, lo que queremos para nosotros. Usted aumenta la consciencia del otro hacia usted, cuando usted lo es primero hacia él.

 

 

 


Traductora, co-autora, y adaptadora de contenidos editoriales de sitios web, madre y esposa dedicada al hogar el cual hace parte de mi felicidad y me permite construir a cada día la vida que elegi ser como esposa, hacer como madre y tener como hogar. .

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