¿Por qué los padres jóvenes deben ser los únicos responsables de educar los niños?

¿Cuántos padres jóvenes a sus veinte años, están lidiando con profundas inquietudes concerniente a la educación y la responsabilidad de educar sus hijos solos?

¿No ha sentido esa increíble presión, de tomar consciencia de que usted es ahora un padre desde apenas el inicio de su vida adulta?

¿Sus deseos sexuales fueron reprimidos, culpabilizados por los adultos, esos deseos puramente naturales que produjeron luego, sin haber hecho una elección consciente, el hecho de ser padre?

Usted dice amar estar en relación con sus hijos, entonces ¿por qué obligarlos a vivir algo que a usted no le gustó al inicio de su propia vida adulta concerniente a los niños?

No digo de no tener hijos para un adulto a sus veinte años, no, yo que su cuerpo es fuerte y sano. Lo que digo es porque dejarlos solos concerniente a la responsabilidad de educarlos?

 

 

 

¿Existe algo nuevo con el fin de que los padres jóvenes puedan vivir una vida diferente y sobre todo más feliz? No escondamos los hechos, es muy difícil para una persona joven ocuparse de los niños y aún más difícil verse rechazado, sentirse culpabilizado y estar sólo durante los primeros años de ser un padre joven.

¿Podemos ver juntos esta situación sin juzgarla y a partir de allí, mejorar nuestras relaciones y crear algo que podría contribuir a un mundo más armonioso?

Y para lograrlo tranquilamente, para hacernos evolucionar continuamente, no sería interesante comenzar a ver otro punto de vista por si mismo?

 

¿El placer de estar embarazada no durará mucho?

Obviamente, es agradable tener una cierta atención al estar embarazada o de ser un futuro padre, pero luego, cómo vive usted su responsabilidad de joven padre? Toda esa atención permite olvidar su situación, pero como para cada placer, esto es siempre temporal.

Yo recuerdo el nacimiento de mi hijo Mikael y de toda esa agradable atención de la familia y de los amigos con los que estaba en relación. También recuerdo el día que salí del hospital con el bebé. Ese extraño sentimiento de que ahora ese bebé estaría conmigo por muchos años y los nuevos desafíos que tenía que atravesar.

Un sentimiento de libertad limitada también estuvo presente y una fuerte presión de tener que ocuparse de él.

Cuando un niño nace, usted toma rápidamente consciencia de que eso va a cambiar su vida y obligarlo a cuidar usted solo y de esta manera esa dicha se reduce a una rutina impuesta, a una perdida de libertad sin haber hecho una elección consciente para la crianza de los hijos.

Y sin embargo, usted es joven y lleno de alegría para comenzar su vida adulta con gran vivacidad, una gran exhuberancia de nuevas experiencias.

 

¿De dónde viene esa creencia de que lo padres jóvenes deben ocuparse solos de sus hijos?

¿No proviene esto de los miedos que la sociedad crea concerniente a los deseos sexuales de los jóvenes adultos? Usted sabe, todas esas presiones, esas restricciones, los limites sociales o culturales que los padres imponen a los adolescentes sin darse cuenta, porque el condicionamiento de su mente es un hábito inconsciente que fue desarrollado por la obediencia durante su infancia.

Observemos juntos el comportamiento de la gente, nuestro comportamiento en este planeta con respecto al tema e incluso si eso es difícil de creer, intentemos ver sin juzgar.

¿No hemos decidido que debemos ser adultos a la edad de 18 años o en otros países a los 21 años? ¿Que debemos estar preparados a esa edad? ¿Preparados para qué exactamente?

Además, si agregamos el hecho muchos de entre nosotros hemos sido educados por nuestras madres y padres que, ellos mismos, tenían 20 años cuando ellos nos tuvieron que educar, y así ver, comprender el problema.

En nuestra sociedad, ¿por qué hemos insistido en que los que engendran los niños deben tomar la responsabilidad de educarlos? Como consecuencia, no solamente hemos hecho difícil la responsabilidad sino que desafortunadamente hemos creado numerosos problemas concerniente al deseo sexual.

En realidad, los jóvenes adultos tienen un cuerpo fuerte y bien desarrollado para concebir niños, pero su mente no está suficientemente desarrollada para educarlos como es el caso para las personas de más edad como nuestros adultos mayores.

 

¿El deseo sexual es algo vergonzoso?

Si observamos, nuestra sexualidad inicia entre los 10 y los 15 años y está muy presente a partir de los 16. De esta manera inicia una persecución contra el tiempo para chicos y chicas que buscan liberar su alegre energía sexual de manera natural, y del otro lado, los padres que buscan frenar ese deseo natural.

En esa lucha, los padres necesitan de todos los apoyos y todos los aliados posibles para tener razón,  porque ellos solicitan a sus hijos no hacer algo que por lo tanto hace parte integral de su naturaleza.

Así que lo adultos han inventado toda clase de presiones, de restricciones y de limites familiares, culturales, religiosos, sociales y económicos para justificar las exigencias artificiales que imponen a sus hijos.

Entonces, los chicos han llegado a aceptar que su propia sexualidad no es natural. ¿Cómo una cosa natural puede estar tan cubierta de vergüenza, si los sistemas y los padres buscan reprimirlas, controlarla, restringirlas, negarlas?

Por lo tanto, las lecciones sexuales y las cosas concerniente a los niños no son compartidas con vergüenza y resulta que la solución para expresar su deseo sexual es vivir una relación de amor dejando rápidamente el núcleo familiar. Ese lugar donde todo es reprimido y negado.

 

¿Por qué enseñar verdades que usted no ha encontrado?

¿Cómo puede usted enseñar a un niño una verdad que usted no ha encontrado aún? ¿Es que sus años de juventud fueron hechos para enseñarle sus verdades o bien para descubrir, comprender sus verdades?

Obviamente, como padre joven, usted no puede enseñar sus propia verdades que usted no ha tomado consciencia y entonces, usted termina por decirles la única verdad que usted conoce, que es la de los demás.

Las verdades que vienen de su padre, su madre, su cultura, de su religión. Todo, absolutamente todo, excepto la suya. Usted esta aún buscándola.

Y usted va a buscar, experimentar, encontrar, fallar, formar y reformar su verdad, la idea que usted se hace de usted mismo, hasta que haya alcanzado más de medio siglo en este planeta, o casi. Y en la mayoría de los casos, la gente adulta continúa su vida sin darse cuenta de su naturaleza y de su consciencia.

Entonces, puede que comience a observarse, a tomar consciencia de usted y sus verdades. Y descubrirá la verdad más grande con la cual estará de acuerdo, probablemente, que no hay ninguna verdad permanente y que la verdad, como la vida misma, es una cosa cambiante, algo en crecimiento, algo en evolución.

De esta manera, en el momento mismo que usted piensa que su proceso de evolución se detuvo, usted comprenderá que no se ha detenido, que no hace más que comenzar a cada instante presente.

 

¿Hay una nueva manera de educar nuestros hijos?

¿Por qué insistir en que los jóvenes padres puedan educar solos sus hijos? ¿Por qué no observar que ellos no están aún listos para ocuparse de esa tarea?

¿Por qué dejar a los niños educar los niños y no confiar esa responsabilidad a los adultos mayores? Esto no quiere decir quitarle los niños a los padres jóvenes para dárselos a desconocidos que los educarán. De ningún modo.

Si fuéramos un poco más evolucionados en consciencia, entonces nuestros adultos mayores vivirían en estrecha colaboración con los niños pequeños. De esta manera, nuestros adultos mayores no fueran dejados en la soledad y no serían ignorados y dejados solos para resolver la última parte de su vida.

Sería honorados, venerados y guardados cerca, en el seno de una comunidad amorosa, amigable y vibrante.

De hecho, la educación de los niños por los adultos mayores es tan correcta como el hecho de tener, en nuestra sociedad, padres para hacerlo.

La diferencia es que los niños sepan siempre quiénes son sus padres y nunca les pedimos enseñar las cosas fundamentales de la vida, cuando ellos mismos, están en proceso de aprender las mismas cosas.

Por ejemplo, los adultos mayores organizan y supervisan el proceso de aprendizaje, al igual que el alojamiento, la alimentación y los cuidados de los niños. Estos son educados en un ambiente de sabiduría y de amor, de gran paciencia y de profunda comprensión.

Los padres jóvenes que dieron su vida están habitualmente en otro lugar, para enfrentar los desafíos y hacer las experiencias de felicidad de su propia vida de joven. Ellos pueden pasar tanto tiempo como quieran con sus hijos. Ellos pueden incluso vivir en el mismo alojamiento de los adultos mayores  con sus hijos con el fin de estar presentes en un medio ambiente domestico y para que los niños pequeños puedan compartir con ellos ese marco.

Todo eso constituye una experiencia muy unificada, integrada. Pero son los adultos mayores que educan los niños pequeños, que toman la responsabilidad. Y es un honor, ya que es sobre ellos que reposa la responsabilidad del futuro de nuestra sociedad.

Esto es únicamente una idea que es realmente la clave para vivir bellas relaciones y no dejar toda la responsabilidad de educar a los niños pequeños por jóvenes adultos.

 

El error evidente viene del pensamiento que los que tienen los niños tomen igualmente solos, la responsabilidad de educarlos

 


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Traductora, co-autora, y adaptadora de contenidos editoriales de sitios web, madre y esposa dedicada al hogar el cual hace parte de mi felicidad y me permite construir a cada día la vida que elegi ser como esposa, hacer como madre y tener como hogar. .

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