¿Convertirse en el mejor crea numerosos problemas en las relaciones?

¿Ha usted observado la soledad que vive la gente una vez que han alcanzado la gloria? O bien las numerosas ansiedades y preocupaciones en las relaciones con sus parientes? Desafortunadamente, esto es producto de un condicionamiento poderoso que hemos aprendido desde muy jóvenes, sin darnos cuenta. Se llama: La realización personal o el hecho de convertirse en una mejor persona.

Ese condicionamiento que todo el mundo cree ser algo de gran valor y mucho significado. Es el objetivo más importante de la vida y probablemente el que más contribuye a todos nuestros problemas de relación, todas nuestras guerras y todos nuestros conflictos en este planeta. La mayoría de la gente busca a ser mejor que otro en todos los aspectos de la vida

Es una buena noticia, porque sin esas divisiones en las relaciones, nos sería imposible crear relaciones armoniosas. De hecho, si todo fuera armonioso, cómo podríamos saber que todo está en armonía?

¿Desea usted arduamente convertirse en el mejor en su profesión, en su deporte favorito, en su manera de vivir, en su relación con otra persona, etc.? Todo el mundo habla de rendimiento, de superar la competencia incluso de destruirla, de convertirse en una mejor persona y darse a conocer como tal.

¿Qué es esta búsqueda de querer ser el mejor, ser un ganador?

Usted desea ser el mejor, porque la educación les ha adormecido la mente desde su infancia y nunca, usted osó mirar por usted mismo, si ésa es la causa de los muchos conflictos, comenzando por usted mismo.

Los profesores lo han obligado a obedecer y aceptar sus valores sin que ellos mismos sean conscientes de las consecuencias en nuestra sociedad. Ellos le han repetido a menudo que es necesario hacer parte de los ganadores, de la gente popular con el fin de ser apreciado, hacerse notar o hacerse amar por los demás.

Hacer acciones en función de hacerse amar en lugar de ser amable primero y luego hacer acciones a partir de este estado de ser.

La realización personal se ha convertido en el medio para llegar, cueste lo que cueste, a convertirse en el mejor bajo el precio de destruir a su prójimo. Esto ha creado un égo desmesurado, un egoísmo sin límite.

Usted no se da cuenta de que usted está destruyendo su mundo, ese planeta mismo que nos da la vida, porque sus acciones tienen como única finalidad mejorar su propia calidad de vida.

Cada uno, individualmente, busca a convertirse en el mejor, en todo lo que hace o busca a convertirse en el mejor grupo, el mejor país, el mejor padre, el mejor profesor y si no lo logra, entonces no queda otra cosa que dar muestra de celos, juzgar, criticar, degradar o destruir a los demás, para darse una buena nota.

Este hábito ha sido inculcado durante nuestra infancia por medio del condicionamiento de la mente que nos ha educado a realizarnos individualmente y a compararnos con los demás en lugar de realizarse colectivamente por medio de nuestras acciones y creaciones individuales y apreciar nuestras diferencias.

Usted tiene miedo de perder y entonces sus acciones son creadas a partir de ese miedo

Hacer parte de los ganadores es el deseo supremo que su educación le ha enseñado, pero la verdad es que usted tiene miedo de hacer parte de los perdedores.

Como consecuencia, usted está tan concentrado en su calidad de vida, en su realización personal que usted es incapaz de sentir el sufrimiento de otro como si fuera el suyo. Es esto lo que permite a tal sufrimiento continuar.

La separación engendra la indiferencia, la falsa superioridad, el falso poder. La unidad produce la compasión, la auténtica igualdad, las oportunidades iguales y una verdadera posibilidad para los más desprotegidos. Usted maldice a las personas que tienen dificultad para sobrevivir acusándolos de perezosos, de aprovechar del sistema o lo que sea.

Pero usted olvida que todos los políticos, los funcionarios, los jueces, los directivos, toda esa gente que trabaja en el gobierno, ellos también se aprovechan del sistema como nuestros pobres. Esos dirigentes están todos lejos de la gente escondiéndose detrás de empleados que tienen que asumir las consecuencias de sus decisiones estúpidas que no hacen más que permitir una cosa; aumentar su calidad de vida a costa de la de millones de individuos. Luego le hacen creer que es por su bien.

¿Cuál es la elección más elevada?

Como consecuencia, un gran número de personas continúa a apasionarse por una pregunta inapropiada. No ¿"cuál es la elección más elevada"?, sino ¿"cuál es la más rentable"? O bien ¿"cómo puedo perder lo menos posible"?

Cuando vivimos en términos de limitación de daños o beneficio óptimo, perdemos el verdadero beneficio de la vida. Perdemos una ocasión. Perdemos una oportunidad de crear valores en nuestras relaciones. Porque vivimos partiendo del miedo, y esa vida es una mentira a cerca de nosotros.

En realidad, usted no es el miedo, usted es el amor. El amor que no necesita de ninguna . Pero usted nunca sabrá eso por experiencia, si usted responde continuamente a la pregunta ¿"cuál es la elección más rentable"? Porque sólo una persona que cree tener algo que ganar o perder hace esa pregunta.

Y sólo una persona que ve la vida diferentemente que se ve como un ser consciente y que comprende que el criterio no es ganar ni perder, sino solamente amar o fracasar en el amor. Sólo esa persona hace la pregunta "¿cuál es la elección más elevada?"

De esta manera, en la conjunción crítica o en cada decisión, en todas las relaciones humanas, no hay más que una sola pregunta: ¿"Cuál sería el amor o el bienestar de todos los presentes"?

El cambio no puede ocurrir en personas instruidas ni que están en el poder

Si su calidad de vida se ve amenazada, entonces usted jamás hará nada para que algo cambie. El cambio es el resultado de la evolución y no lo contrario. Y esta evolución debe venir de los seres humanos que viven incomodidades para de esta manera tener la energía para crear un mundo nuevo. Este nuevo mundo inicia en usted por medio de una consciencia de usted y no al exterior de usted.

No es necesario ser el mejor, pero ser diferente y de esta manera crear juntos utilizando estas diferencias que no son las apariencias físicas, sino su naturaleza, sus dones, sus pasiones y sus talentos que dormían en usted, porque la educación no ha puesto jamás importancia en descubrirlos por usted mismo y de esta manera y así atraparlos para que se conviertan en imitadores al servicio de los poderosos, los mejores.

En realidad, no elegimos la fama como un fin en nosotros, sino como un medio para alcanzar el propósito más elevado. Y no elegimos el éxito a expensas de los demás, sino como un medio para ayudar a los demás a alcanzar el éxito según ellos. Y no elegimos el hecho de ganar a toda costa, pero la ganancia que no cueste nada a los demás, e incluso que les aporte algo extra.

Una persona que se aprecia realmente que se ama realmente, no tiene necesidad de hacer algo con el fin de que los demás lo aprecien o lo noten. Esta búsqueda de ser el mejor, de ser popular, de realizarse individualmente no crea más que conflictos y divisiones.

Usted será popular cuando contribuya a aportar valor a los demás según sus verdaderas intenciones.

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Traductora, co-autora, y adaptadora de contenidos editoriales de sitios web, madre y esposa dedicada al hogar el cual hace parte de mi felicidad y me permite construir a cada día la vida que elegi ser como esposa, hacer como madre y tener como hogar. Diana Arellano.