¿Por qué le gustan los desacuerdos si usted dice querer la armonía en sus relaciones?

Si usted dice que usted desea vivir en un ambiente en paz y en armonía con la gente, entonces los desacuerdos no funcionan para llegar a ello. ¿Existen los desacuerdos como oportunidad para crear la armonía entre nosotros, cuando una persona consciente los observa sin juzgarlos?

Obsérvese en una relación y usted verá que usted busca tener razón, cuando otra persona tiene un punto de vista diferente del suyo.

Como la otra persona también reacciona de la misma manera que usted, excepto por supuesto, cuando usted era niño, entonces aquí estamos en presencia de dos adultos que no son conscientes de ellos y que desean ganar a cualquier precio, quieren tener razón y de esta manera aumentar el conflicto.

Finalmente, aquel que depende de otro o bien aquel que es inferior o más pequeño debe someterse a la autoridad que lo controla y así ganar por la fuerza para cambiar su comportamiento en función de lo que el otro quiere por medio de condiciones, de amenazas, de miedos o cualquier clase de restricciones impuestas.

 

 

 

¿Son los niños los que crean los desacuerdos con los adultos o es más bien el contrario? Muchas personas creen erróneamente que los desacuerdos por las palabras entre dos o varias personas no crean conflictos, si hay un ganador en la discusión.

La pregunta no es saber si hay un ganador o un perdedor, sino entenderse bien antes de hacer cualquier cosa. Porque si usted tiene el deseo de ganar, entonces usted está en la contradicción usted mismo, usted vive ya desacuerdos en usted. Su intención tiene su fuente en el miedo, el miedo de perder la cara delante de los demás. Observe esto con atención.

 

¿Se aferra usted a sus valores?

El problema no es que usted haya cambiado ni que sus valores hayan cambiado. Es más bien que ustedes sean tantos a creer, con insistencia que los valores que ustedes tienen hoy día son buenos y perfectos, y que los demás deben seguirlos. Ustedes se justifican continuamente y usted está satisfecho de usted mismo.

Permanezca aferrado a sus valores, si eso le sirve. No los abandone. Porque sus ideas del bien y del mal son la definición de quien es usted. Pero no obligue a los demás a ser como usted. Y no se quede pegado a sus creencias actuales hasta el punto de interrumpir incluso el proceso de la evolución.

Incluso si usted cree que las cosas han sido buenas, ellas pueden ser mejores. En consecuencia, este abierto y no encarcele la posibilidad de una nueva verdad porque hasta aquí, usted ha estado cómodo con una vieja verdad. ¿La vida no comienza en los límites de su zona de confort?

Pero no se apresure a juzgar a los demás y crear conflictos. Busque más bien evitar los juicios, ya que lo que está mal para otra persona, es lo que estuvo bien para usted ayer.

Los errores de otro individuo son sus propios gestos pasados, corregidos en el presente. Las elecciones y decisiones de otra persona son tan hirientes y dañinas como egoístas e imperdonables fueron la mayoría de las suyas.

 

¿Qué es un desacuerdo?

¿Ha tenido usted un desacuerdo en su vida? Puede usted observar su experiencia con el fin de descubrir lo que pasó o no le interesa comprenderse?

Si usted lee estas líneas esperando criticar mi texto o aportar su opinión o idea al respecto, entonces usted tiene una prueba evidente, de que usted tiene miedo de comprenderse, de amarse y así culparme con el fin de justificar su falta de compromiso, su falta de responsabilidad sobre usted.

Por lo tanto, somos seres humanos con una emoción natural que se llama deseo. Deseamos, queremos algo, no hay nada de malo en ello, al contrario, el deseo es el motor de la creación.

Cuando estamos en presencia de otra persona y deseamos algo proveniente de ella, hay un desacuerdo cuando nuestra voluntad obliga a la otra persona a satisfacer nuestro deseo. Hemos sido condicionados a manipular a los demás, a obligar a los demás a darnos lo que queremos.

Y en otros casos, es la otra persona la que nos obliga, nos obliga contra nuestra voluntad, contra nuestra naturaleza de la libertad de obtener algo de nosotros.

Tengo una pregunta bien simple. ¿Le gusta a usted cuando alguien lo obliga a hacer algo que usted no quiere?

Tengo otra. Si usted no puede dar algo a otra persona, por cualquier razón, a pesar de un intercambio entre ustedes, ¿le gusta cuando otra persona lo acusa, lo obliga a respetar su promesa, a respetar su acuerdo contra su voluntad?

Cuando actuamos sobre el poder y la libertad de otra persona, no eliminamos el desacuerdo, lo creamos y aumentamos el peligro de conflicto. Y por lo tanto, usted desea vivir en armonía con la gente!

 

Un desacuerdo aparece cuando no estamos conscientes que dos verdades existen al mismo tiempo

 

¿De dónde viene ese hábito de estar en desacuerdo?

La gente educada, los adultos autoritarios, los dirigentes o toda persona en posición dominante han estado tan acostumbrados a manipular a los niños y luego los adultos forzándolos a aceptar sus reglas, sus ideas, sus ordenes con el fin de que obedezcan, y de esta manera destruir toda iniciativa personal en su vida y nunca más tener deseos para elegir su vida. Ellos están ahora atrapados en la seguridad y la dependencia.

Los adultos mueren de deseos de mostrar a los niños como tienen ellos razón y si un niño hace una pregunta para comprender mejor y que eso pudiera poner en duda su autoridad, dañar su imagen, entonces los adultos utilizan el miedo y la culpabilidad para demostrar toda su gran autoridad con los niños.

A continuación, el niño se convierte en un adulto, entra en relación con otros adultos teniendo esta actitud de que los ganadores, los educados deben tener razón y ganar las discusiones, pero eso no se pasa así y entonces los desacuerdos toman proporciones más grandes y crean conflictos que pueden incluso convertirse en guerras increíbles.

Pero ¿qué pasa en el fondo de las personas que desean crear desacuerdos?  ¿Por qué, sin darse cuenta, reaccionan de esta manera? ¿No quieren ellos la paz y la armonía?

La razón del más fuerte no es una solución a los desacuerdos. De hecho, ella crea el hábito de querer siempre ganar por miedo a perder. Las consecuencias son los conflictos y las guerras. No puede haber armonía con ese concepto que divide.

En realidad, los desacuerdos existen como una oportunidad para crear la armonía o los acuerdos entre nosotros, cuando una persona consciente los observa sin juzgarlos.

¿Qué podemos crear para entendernos bien? Si la otra persona continúa a querer tener razón, entonces no es posible entenderse bien. Nosotros debemos ahora aceptar la elección de la persona y dejarlo sólo consigo mismo, con su desacuerdo interior.

 

El conflicto de los deseos no es la solución a los desacuerdos entre la gente

 


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Traductora, co-autora, y adaptadora de contenidos editoriales de sitios web, madre y esposa dedicada al hogar el cual hace parte de mi felicidad y me permite construir a cada día la vida que elegi ser como esposa, hacer como madre y tener como hogar. .

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