Cada vez que conoces a alguien que te gusta y con quien te sientes bien, esta es una oportunidad para encontrar el amor de tu vida.
Imagina que acabas de conocer a una persona agradable, quién te
gusta y a quién te interesa conocer.
¿No estás lleno de dudas sobre si es recíproco para el otro?
¿Tiene incertidumbres sobre sus sentimientos e intenciones en
relación con usted?
Esta duda es algo saludable, muy saludable, porque la
incertidumbre te impulsa, te anima, te motiva a hacer algo nuevo.
Eliges ser y hacer acciones amables sin estar obligado a hacerlo,
entonces, libremente, para crear en el alma del otro
sentimientos de bien.
Realmente quieres aportar al otro, ser para el otro, alguien
diferente, único, especial a sus ojos.
¿Cómo se siente, cuando elige crear libremente y en buena
consciencia, sentimientos de bien en los demás?
¿Has observado en este momento que tu felicidad no depende de la
otra persona, sino de ti? Te alegra hacer algo que produzca algo
bueno en el otro, usted no espera hacer algo para ser feliz. Usted
lo es y hace algo.
¿No estás siendo el amor de su vida para esta persona? Y si lo eres,
entonces ella también es el amor de tu vida.
¡Todo comienza contigo, realmente todo!
Pero cuando esta incertidumbre, esta duda da paso a la certeza,
cuando estás seguro de que el otro te ama y lo amas, entonces el
hábito se instala y el amor de tu vida se convierte en un miedo
inconsciente.
Si bien al comienzo de la relación, la duda o incertidumbre lo
motiva a actuar sin pensar, ahora la certeza o la creencia, lo
paraliza por el miedo a actuar y así
esperar a que el otro le aporte felicidad.
Usted exige que el otro lo haga feliz y el otro le exije lo mismo.
La única razón por la que usted exije algo es porque alguien más se
está conteniendo.
Deja de retenerte!
Sobre todo, deja de justificarte diciendo que el otro debe comenzar.
La oportunidad le esta siendo ofrecida y sabes que lo que le haces
al otro, te lo haces a ti mismo.
Cada vez que conoces a alguien con quien te siente bien y quien
te gusta, entonces esta es una maravillosa oportunidad para
encontrar el amor de tu vida.
No faltan las oportunidades, lo que falta es su hábito profundo de
creer en esta certeza, que el amor de su vida debe
satisfacer todas sus necesidades y deseos.
¿No te sentiste feliz cuando dudaste y elegiste crear
conscientemente, bienestar al otro sabiendo que eso también aporta
tu propio bienestar?
De hecho, sin darte cuenta, no puedes encontrar el amor de tu vida,
pero puedes crearlo dando el ejemplo.
Si lo entiendes, ¡explícalo a otra persona!
Traductora, co-autora, y adaptadora de contenidos editoriales de sitios web, madre y esposa dedicada al hogar el cual hace parte de mi felicidad y me permite construir a cada día la vida que elegi ser como esposa, hacer como madre y tener como hogar. Diana Arellano.